sábado, 02 de junio de 2018

por: Ryne Sánchez Bermúdez

Francia: Viajando por Normandía, Valle Del Loira, La Bretaña y París

Tengo que confesar que tengo una cita con Francia desde 2003, por "h" o por "b", cada vez que planificaba el viaje, no se me daba, o se daban otras rutas maravillosas, pero ahora si que fue, se me dio. Además de París, realizamos un hermoso recorrido por Normandía, el Valle del Loira y Bretaña. Lo primero de todo es dar las gracias a Hectours por haber hecho que este viaje sea posible, en especial a Andrés Rodríguez, que le tocó coordinar todo este año ... siempre hacen la diferencia ... y como dice su "slogan" - "no colecciones cosas, colecciona recuerdos".

El viaje lo planificamos con París como destino inicial y final. Allí llegamos y desde allí comenzamos la ruta. Si estás pensando en realizar una ruta similar, has de saber que se puede hacer casi en cualquier transporte, incluso en bicicleta, jajajajaja, pero nosotros optamos por un autobús y algunos recorridos en tren.

Para crear la ruta, se establecieron unas paradas estratégicas en las ciudades más importantes: Paris, Rouen, Le Havre, Honfleur, Deauville, Caen, Arromanches, Mont St. Michel, St. Malo, Rennes, Angers, Castillos Saumur, Tours y Castillos Chenonceaux y Blois. No en todas estas ciudades pasamos la noche, pero en las que paramos, nos sirvieron, además de para conocerlas, como lugar central para conocer otros pueblos de interés.

En todas estas ciudades merece la pena parar y pasearlas, aunque Honfleur, y Tours se llevan el premio en cuanto a belleza. He leído en algún sitio que cuando llegas a la tercera ciudad camino a Normandía, ya estás cansado de ver casitas de colores con vigas de madera... bueno, yo no lo sentí así, porque si bien es cierto que es el paisaje predominante, en cada lugar vas a encontrar otras maravillas.

La Ruta



Comencemos con Paris, aunque fue la última ciudad en explorar ...

Hay tantas cosas que hacer en París que resulta difícil hacer un resumen. Las diferentes zonas de la ciudad, Barrio Latino, Torre Eiffel, Notre Dame, Campos Elíseos etc. ...  ofrecen un sinfín de lugares por descubrir y es fácil perderse si no haces un mínimo de preparación.

Esta hermosa ciudad. ubicada al norte de Francia, es sin duda, uno de los centros culturales mundiales y una de las ciudades más visitadas del mundo. El río Sena la divide en dos y, con sus puentes, conforma un paisaje urbano único e inconfundible.


No hay mayor placer para el visitante, especialmente los que llegamos por primera vez, que recorrer París sin prisa. Imagina caminar por sus calles empedradas o elegantes avenidas, recorrer el Sena en bateau mouche, disfrutar de un café y deliciosas croissants en el tradicional Café de Flore, el sitio preferido de Sartre y Simone de Beauvoir, Hemingway y Picasso; pasear por los senderos del Bois de Boulogne... definitivamente no dudo que voy a querer regresar. Dicen que en cada visita se descubren cosas nuevas e interesantes y lugares nuevos.

Estoy seguro tienes que haber escuchado montones de veces que París enamora por sus contrastes, pues si es cierto: de lo monumental a lo bohemio, de los grandes bulevares a las callecitas angostas y circulares; de los grandes cafés y panaderías de lujo hasta las brasseries más modestas pero en las que se respira la verdadera vida parisiense... Todo me encanta de esta ciudad. Espero que puedas visitar París, sino lo has hecho, vas a descubrir que no todo es cierto, los franceses si son amables.

Como nos dijeron que el mejor día para ver el museo era lunes, pues aprovechamos nuestro único lunes en Paris. El Museo del Louvre, inaugurado en 1793, es uno de los más importantes del mundo.

Cómo llegar: Metro: línea 1, parada Palais-Royal–Musée du Louvre. Unos datos históricos primero: durante el reinado de Felipe Augusto (1180-1223) se construyó una muralla para proteger París de los normandos. El rey decidió agregar una fortaleza a las murallas, que fue construida a orillas del Sena, al oeste de la ciudad, y fue más tarde conocida como Louvre.

En 1364 Carlos V comenzó a transformar la antigua fortaleza en una residencia real. Se agregaron salas, escaleras y jardines. Tras la muerte de Carlos VI, el Louvre permaneció abandonado hasta 1527, en que Francisco I decidió trasladar su residencia a París. Tanto este rey como su hijo Enrique II realizaron grandes obras de ampliación. Este entusiasmo por el Louvre continuó hasta Luis XV. Nuevamente abandonado, fue finalmente recuperado durante la revolución Francesa y abierto al público en 1793.

Actualmente alberga más de 300.000 piezas, de las que sólo se encuentra en exposición alrededor de un 10%. Hay obras de todos los períodos históricos y civilizaciones: persas, egipcias, romanas, griegas, islámicas. Todas las formas del arte tienen su representación en este museo: pinturas, esculturas, dibujos, joyas, tapices, mobiliario y objetos de cerámica.

Algunos de sus cuadros más destacados son: 'La Gioconda' de Leonardo da Vinci y 'Las Bodas de Caná' de Veronés. Y en cuanto a sus esculturas: 'La Venus de Milo' de la Antigua Grecia y 'El escriba sentado' del Antiguo Egipto.


 

Para no hacer filas demás, adquirimos los boletos por Internet desde Puerto Rico. Fuimos al metro Palais-royal-Musee-du-Lourve y seguimos las señales que indican la dirección del museo, no te puedes perder, te llevaran al centro comercial del Museo llamado el Carrusel del Lourve, ahí puedes entrar sin si quiera hacer fila, bueno o menos fila que en La Pirámide de Cristal. La Pirámide de Cristal la podemos ver a la salida y tirarnos la foto obligada.

Sólo el edificio del Palacio del Louvre por dentro ya merece la pena. Sus pinturas en el techo, sus grandes bóvedas y sus puertas de cuento no te dejarán indiferente. No te pierdas las habitaciones de Napoleón III. ¡Te dejarán con la boca abierta!

TIPS: Por dentro, se encuentra la pirámide invertida, donde según el Código da Vinci, está enterrada María Magdalena. ¡No te la pierdas!

Un elemento característico de Paris, la Torre Eiffel. Tan pronto la vimos, nos encantó y nos aceramos para subir a lo alto, como era de esperarse. Recuerdo que una vez arriba, en el último piso, se abrió un paisaje de Paris que desde hace mucho tenía en mi mente. Arriba un mirador para tomar fotos excelentes. Ese día estaba nublado, pero imagínate, dicen que es la norma en París, sin embargo le da un toque de misticísmo. Cruzando el Sena por el puente de Lena que queda enfrente de la Torre pasamos al Trocadero y el Palais Chaillot.

Cómo llegar: Metro: línea 9, estación Trocadéro o línea 6, estación Bir-Hakeim. El mejor lugar para hacerte una buena foto con la Torre es Trocadero o el final de los Campos de Marte desde donde se puede apreciar todo el conjunto de la Torre Eiffel.

Al salir de allí, continuamos el paseo por la orilla derecha del Sena, avenida de New York, nuestra idea llegar al puente de Alejandro III y desde allí entrar a los Inválidos de frente, es la mejor entrada para admirar la explanada y la gran cúpula dorada del Domo de los Inválidos, construida obedeciendo un edicto real firmado por el rey Luís XIV en 1670, el Hotel de los Inválidos en París, tuvo en la época la finalidad de recibir a todos los soldados heridos o que ya eran ancianos para continuar en servicio y asegurarles la ayuda y asistencia de necesitaran estos valientes que pusieron en riesgo sus vidas para defender la monarquía. Hoy en día recoge el Mausoleo de Napoleón, el museo del ejército, el museo de la Liberación y las tumbas de Napoleón II, José Bonaparte, el Mariscal Foch y Lyautey.

Durante el paseo vimos varios puentes sobre el Sena, entre ellos el puente del Alma, que se encuentra cerca del túnel donde murió Lady Di en el año 97 y la réplica de la llama de la estatua de la Libertad a tamaño real que la ves según paseas muy cerca del puente del Alma. A la izquierda queda el Grand Palais construidos para la exposición universal de 1900 y el Petit Palais. Cómo llegar: Metro: línea 8, estaciones Latour-Maubourg ó Invalides; línea 13, estaciones Saint-François-Xavier ó Varenne.

Las distancias en Paris son considerables y aunque en el mapa parece que los lugares están cerca para nada es así, el metro es la mejor manera de recorrer Paris, tienes estaciones muy próximas y sobre todo en los sitios de interés, es más barato coger 10 viajes juntos, creo que el precio son 14,60 €.


Ahora nos dirigimos a la plaza de la Concorde. Cómo llegar: Metro: líneas 1 y 13.

La Plaza de la Concorde está al comienzo de los campos Elíseos, es la plaza más grande de Paris. Campos Elíseos (Champs Elysées) es una avenida de 1 milla de largo, la más larga de París, que va desde la Place du Concord (Obelisco de Luxor) a la Place Charles de Gaulle (antes Place de l’Etoile), donde se levanta el Arco del Triunfo.

La avenida nació en 1640, cuando María de Medicis decidió construir un camino bordeado por árboles, desde las Tullerías. Sin embargo, esta “Avenida de las Tullerías”, como se le llamó, no conectaba en forma directa con los Jardines, ya que había sectores ocupados por bosques y plantaciones. En 1724 se construyó la conexión entre ambos, y se extendió la avenida hasta la Place de l’Etoile. A fines del siglo XVIII, ya era uno de los sitios más elegantes de París. Está avenida forma parte del llamado Eje histórico de París, un recorrido que va desde el Louvre a La Defense, un barrio de los suburbios de París.


 

Entre la Place du Concorde y Rond Point, la avenida corre entre jardines, dentro de los cuales se levanta el conjunto monumental formado por el Grand Palais y el Petit Palais (actualmente museos y salas de exhibiciones), y el Puente de Alejandro III, uno de los más bellos de la ciudad. Comercialmente, la Avenida de los Campos Elíseos es una de las zonas más refinadas y más caras de París, ya que sobre ella se encuentran las tiendas más exclusivas y renombradas. Allí se pueden comprar desde libros hasta coches, ropa de marca y objetos de lujo. También hay multitud de cines, teatros, discotecas y restaurantes.

En esta avenida se realiza, cada año, el desfile militar conmemorativo del Día de las Bastilla. También es el punto de llegada del Tour de France. Durante la revolución francesa se instaló en ella la guillotina y cerca de 1.200 personas fueron ejecutados en ella. En el centro de la plaza hay un obelisco egipcio de Luxor de más de 3300 años de antigüedad y 75 pies de altura, en agradecimiento a Champollion por haber descifrado la Piedra Roseta. Nosotros vimos el que está en Egipto, pero era reconstruido, este es el original. Desde aquí cruzamos a la otra orilla del Sena, subimos todos los Campos Elíseos hasta el Arco del Triunfo.


El Arco del Triunfo fue mandado construir por Napoleón tras su victoria en la batalla de Austerlitz, en su cara exterior están grabadas las victorias militares de Napoleón. Inspirado en la arquitectura romana, fue construido por el arquitecto Jean-François Chalgrin, por orden de Napoleón, en 1806, para celebrar su triunfo en la batalla de Austerlitz, y como homenaje a las fuerzas militares de Francia y a los soldados que lucharon en esa batalla, particularmente. El arco fue inaugurado en 1836 por el rey Felipe II.


Luego de pasar unos cuantos días en esta hermosa ciudad, un domingo libre, decidimos visitar El Palacio de Versalles, a pocos minutos de París, es una visita imperdible.

El palacio de Luis XIV el "Rey Sol". Admiramos esa obra maestra de la arquitectura del siglo 17. Paseamos entre sus famosos jardines a la francesa sin olvidar el pequeño y el gran Trianón, así como la aldea de la reina María Antonieta. El Palacio de Versalles está situado en la ciudad de Versalles, al suroeste de París. Fue, originalmente, un pequeño palacio en un coto de caza, construido por Luis XIII en 1623. El rey Luis XIV fue quien se ocupó de embellecer el lugar, encargándole al arquitecto de la corte, Luis Le Vau, las ampliaciones necesarias. Este palacio sería sede de la corte por más de un siglo, hasta 1789. En el siglo XIX se convirtió en sede del Museo de la Historia de Francia. Una de las construcciones más bellas de Le Vau es la Escalera de los Embajadores, en los aposentos del rey.


Cómo llegar: En tren: Se podrá abordar un tren de cercanías, el RER C de la línea Versailles-Rive Gauche y que parte de la estación Saint-Michel Notre-Dame, y realiza paradas intermedias en las estaciones de Museo de Orsay, Les Invalides y Champ de Mars-Torre Eiffel. El final del viaje es en la estación de Versalles a cinco minutos a pie, y siguiendo las indicaciones, del Palacio. El viaje en tren dura poco más de media hora. Hay que bajarse después de unos 30 minutos en la estación Versailles Rive Gauche, que está a unos 5 minutos andando del palacio. No hay que preocuparse, llegar desde la estación es muy fácil, sales y doblas a la derecha.

OJO - La línea C (amarilla) tiene diferentes destinos, hay que bajar en el que acabe en Versailles Rive Gauche o Chateau de Versailles. Otro detalle, por favor fíjate bien en la entrada y ten monedas para sacar los billetes, mira que sufrimos la novatada, pero al fin nos pudimos montar jajajajaj

Continuamos con nuestro paseo por París. Situada en lo alto de la colina del antiguo y encantador barrio parisino de Montmartre, encontramos la Basílica del Sagrado Corazón, uno de los sitios casi obligados para quienes visitan París. El origen de esta Basílica data del año 1870 y la historia la describe como el templo edificado en homenaje a la memoria de los ciudadanos franceses que perdieron sus vidas en ocasión de la Guerra Franco-Prusiana, siendo una forma de purgar los pecados cometidos en la época por la Comuna de París.


Para llegar hasta la Basílica del Sagrado Corazón, en lo alto de la colina de Montmartre, puede utilizarse el denominado Montmartrobus que realiza una ruta circular desde Place Pigalle hasta la cima de la colina. También, es posible utilizar las escaleras y hacer un paseo tranquilo admirando el entorno de gran belleza, o en su lugar usar el funicular de Montmartre que realiza el trayecto desde Place Suzanne-Valadon a Place Willet, debajo del templo.

Luego de visitar la Basílica es recomendable recorrer la plaza del lugar y sus alrededores que siempre lleno de turistas y parisinos, donde el ambiente es agradable sobre todo por sus animadas terrazas y sus calles adyacentes que invitan a un paseo y a deleitarse con la presencia de los pintores y artistas urbanos que crean sus obras y hacen retratos de quien lo deseen, un estilo por el que el lugar es conocido como el Barrio de los Pintores. Fue la zona de París que más me gustó. Seguimos hacia la plaza del Tertre, llena de pintores y caricaturistas, con un ambiente muy bohemio, una maravilla. Sería lo que denominan el París Medieval.

Catedral Notre Dame de París. Metro: línea 4, estaciones Cité o Saint Michel; líneas 1 y 11, estación Pasillo de Ciudad; línea 10, estación Maubert-Mutualite o Cluny – La Sorbonne; líneas 7, 11 y 14, estación Chatelet. Nos bajamos en la estación de metro del ayuntamiento de París. Desde allí vamos a la isla de la Cité, donde está la catedral de Notre Dame.


Notre Dame, una de las catedrales más hermosas del mundo, para mi gusto y de las que he podido ver.  Su fachada gótica es impresionante, pero su interior lo es aún más, cuando entré recuerdo perfectamente la cara de asombro que puse, debido a su arquitectura, decoración y por supuesto, esas extraordinarias vidrieras, me encantó. Aunque la altura de la catedral no es como la de la torre, se puede ver París en todo su esplendor, acompañadas de las enormes campanas y esas hermosas gárgolas.

La construcción de la Catedral Notre Dame de París, ubicada en la Île de la Cité, comenzó en 1163 por orden del entonces obispo de la ciudad, Maurice de Sully, en el sitio donde, antiguamente, se levantaban dos lugares de oración: Notre-Dame y Saint Etienne. La construcción terminó en 1345. Entre 1860 y 1870 el Baron Haussmann ordenó una ampliación de la construcción inicial, así como la reubicación de algunos sectores.


Es una de las construcciones más representativas del arte gótico y constituyó, además, un desafío, por lo novedoso, para la época, de los contrafuertes externos. Toda la estructura del coro y la nave principal se hizo en madera y es la que misma que sostiene la construcción en la actualidad, salvo las estructuras del transepto y la espira, que se reconstruyeron en el siglo XIX. Los tres portales principales son el de la Virgen (fachada oeste – izquierda), el del Juicio Final (fachada oeste – central) y el de Santa Ana (fachada oeste – derecha), siendo este último el primero en ser realizado, en el 1200. El Portal de la Virgen se hizo entre 1210 y 1220, y el Portal del Juicio Final se realizó entre 1220 y 1230.

Seguimos nuestra ruta, nos tocó un pequeño recorrido por Rouen ...

La verdad es que la ciudad me ha gustado mucho, ha sido agradable pasear por sus calles. Rouen es una pequeña ciudad, situada al noroeste de París. Desde que en 1956 la región de Normandía se dividió administrativamente en Alta Normandía y Baja Normandía, Rouen pasó a ser capital de la primera. Mucho antes, en la Edad Media, ya había sido capital del Ducado de Normandía. Sus principales atractivos se encuentran bastante cerca unos de otros, concentrados en el casco antiguo. El punto de partida clásico de una ruta por Rouen es la Catedral de Notre-Dame de Rouen, construida hacia el 1200 en estilo gótico. El resto de atracciones importantes las encontraremos al oeste de la Catedral. Justo frente a la puerta se halla la Oficina de Turismo, ubicada en un histórico edificio renacentista, antigua Oficina de Finanzas. Desde la Plaza de la Catedral podemos caminar hacia el Gros Horloge por la Rue que lleva su nombre. La calle, con la catedral de fondo, es de las más transitadas por turistas y una de las más pintorescas del centro. El Gros Horloge es, literalmente, un Reloj Grande. Sigues ruta a la Place du Vieux Marché, una de las plazas más originales que he visto. Allí fue donde quemaron a Juana de Arco y en su honor se han construido un monumento y la moderna Iglesia de Sainte-Jeanne-d’Arc, situados en el mismo centro de la plaza. Además de estar rodeada por preciosas casitas con entramado de madera, la Plaza también alberga un mercado varios días a la semana.

Continuamos el paseo por Le Havre – Honfleur - Deauville – y Caen donde dormiremos ...

Obligado visitar una zona de Normandía famosa por su historia, la zona de las Playas del Desembarco. El 6 de junio de 1944 fue el día D, las tropas aliadas atacaron a los alemanes venciéndoles en lo que fue en principio, el final del dominio alemán y de la guerra. Pero miles y miles de personas fallecieron, este día ha quedado reflejado en multitud de películas y también sobre todo en las poblaciones de toda esta zona, llena de museos y recuerdos de aquel día D. A mi que me encanta la historia y he visto tantas películas, recientemente Dunkirk, quede fascinado.


Respecto a las paradas por el camino, cabe mencionar a Le Havre (muy bonito por ver la playa y la desembocadura del río Sena) y Honfleur (Visita obligada, precioso). Honfleur, otra sorpresa del viaje, un pueblo precioso, sobre todo su plaza, que tiene la característica de ser un pequeño puerto de barquitos y es muy bonita, paseamos por sus calles llenas de curiosas galerías de arte. Honfleur está a 2 horas de Paris y pegado a la gran ciudad de Le Havre.

Deauville es muy bonito, se nota que hay gente adinerada en la zona y que siempre ha sido lugar de veraneo de gente rica. Tiene algunos edificios realmente bonitos y un precioso parque de Normandía, ahí también encontramos el bonito hotel Normandy Barrière construido en 1912.

En Honfleur, hay una iglesia, que me ha gustado especialmente por lo rara que es, me refiero a la iglesia de Santa Catalina. Ya es curiosa porque el campanario está separado de la nave principal. Campanario e iglesia están hechos de madera del bosque normando, pero han sido los marineros los que le han dado forma: sus dos bóvedas son como dos cascos de barcos boca abajo colgados en el mismo cielo.


El campanario se construyó a parte porque el armazón de la iglesia no podía soportar su peso, sobretodo sumando las campanas y porque de este modo también el peligro de incendio es menor.

Si deseas revivir el Desembarco de Normandía. En este sentido, hay que visitar la playa de Arromanches, en donde se pueden ver los restos de las naves que llegaron aquel día a la orilla; Longues sur mer, que guarda cañones de entonces y Colleville-sur-Mer, con el famoso cementerio de "Salvar al Soldado Ryan" como principal reclamo. Visitar estos lugares te trasladará sí o sí a aquel 6 de junio de 1944 gracias al ambiente, el sentimiento, la energía que allí se respira... 


En Caen se encuentra el mayor centro dedicado a la guerra: el Memorial de Caen. Hay que recordar que Caen es una ciudad reconstruida casi al 100% tras la guerra, así que no tiene casco antiguo y los edificios están completamente reconstruidos. Nos dirigimos al Chateau, castillo y a la iglesia que hay enfrente; en su interior había algunas fotos de cómo quedó tras el bombardeo.

Dimos un agradable paseo con lluvia intermitente por la Rue Sant Pierre que es una de las arterias principales, con muchas tiendas y cafés, esta calle lleva directo a la Abadía de los Hommes.

Nos levantamos temprano para pasar por Arromanches ...

El recorrido que hicimos fue ir primero a la Playa de Arromanches-Les-Bains (Playa Gold), donde con marea baja se puede ver los restos de un puerto artificial que montaron los aliados para desembarcar soldados provenientes de Inglaterra y entrar a Europa por esta zona. En la playa puedes pasear entre los restos que quedan. Luego fuimos a las Baterías de Longues-sur-Mer, donde se conservan muy bien las baterías (cañones muy grandes de mucho alcance) que tenían los alemanes para defenderse, hay un recorrido ya hecho que está muy bien. A continuación fuimos al Cementerio Americano que está al lado de Omaha Beach y es impresionante, como en las películas, todo lleno de esas cruces blancas de mármol en grandes hileras que parecen no tener fin, más de 9.000 soldados americanos se encuentran allí enterrados.
Terrible todo.

Salida a Mont St. Michele y luego St. Malo ...

Mención especial merece Le Mont Saint Michel, sin duda uno de los lugares más espectaculares que pudimos visitar. Es imponente, y cuando te acercas y ves su silueta, es brutal. Le Mont Saint Michel es mucho más que una Abadía. Nada más bajarte del autobús cerca de la orilla al Monte, entrarás en una ciudad amurallada en la que viajarás varios siglos atrás. Si has leído que siempre hay mucha gente, es cierto, aquello parece la calle San Sebastian en Puerto Rico. Pero merece la pena.


Ir al Mont Saint Michel, que pertenece a Normandía, es una visita obligada. Nos tocó un día bien nublado, pero al salir el sol maravilloso nos arropó y la abadía resplandeció. Subimos hasta la abadía por la calles medievales del pueblo y pudimos comprobar la velocidad con la que suben y bajan las mareas. Se llena de gente desde muy temprano. Lo de las mareas en esta parte de Bretaña es espectacular, el mar se retira y vuelve a mucha velocidad y sube y baja muchos metros.

Continuación hacia la amurallada ciudad de Saint Malo. Paseamos por lo alto de la muralla y nos sorprendió muchísimo la fuerza de las mareas, ya que por la tarde el mar se retira cientos de metros hacia dentro y la gente aprovecha para ir andando a tres islitas que se encuentran cerca de la costa y que con marea alta son inaccesibles (Fort National, Grand Be y Petit Be).


Pasear por la parte de la muralla que da al mar en Saint-Malo es una delicia, es la parte más concurrida de la muralla, por la parte que no da al mar no hay tanta gente. La parte que va por dentro de la muralla (intramuros) está llena de tiendas, restaurantes y está muy concurrida.

St Malo se encuentra en el norte de Bretaña muy cercano a la frontera con Normandía. Está formado por las poblaciones de St Malo y St Servan. Los primeros habitantes se establecieron en St Servan, pero luego se trasladaron al interior de la zona amurallada de St. Malo. La antigua ciudad amurallada se llama Ville Close o Intra-Muros. La ciudad se convirtió en refugio para los corsarios tolerados por el gobierno, contra la amenaza constante de los ingleses.

Aunque cueste imaginarlo, viendo las calles adoquinadas, los edificios y los monumentos con el estilo del siglo XVIII, en agosto de 1944 fue destruido el 80% de la ciudad.

Terminaremos el día en Rennes ...

La ciudad de Rennes, capital de la Bretaña. Aunque es una ciudad grande, no nos atrajo tanto como los pequeños pueblos que hemos visitado en este viaje. Lo que es el centro ciudad está todo muy cerca, paseamos por los Jardines del Parque Tabor, fuimos a la plaza del ayuntamiento y de la Opera.


Una vez llegas y te orientas, es muy fácil llegar al centro de la ciudad porque solo hay que seguir una avenida recta hasta la estación de trenes y ya se llega bien.

Rennes al igual que Rouen es una ciudad (no como los pueblecitos que habíamos visto hasta ese momento) con un casco histórico muy bien conservado y grande, son calles y calles por las que pasear y perderte haciendo fotos. Con un montón de sitios para comer o tomar algo. Con muchísimas tiendas en las que mirar y comprar cosas. Es una ciudad universitaria con muchísima gente joven.

El centro de la ciudad lo marca la Vilaine. Es un río canalizado que desaparece al llegar a la Place de la République. Al norte está todo el casco antiguo, peatonal, el Palais du Parlament de Bretagne y la Place de la Mairie. Y al sur los barrios más modernos. El metro recorre la ciudad de norte a sur. ¡Es una de las ciudades más pequeñas del mundo con metro!

Arrancamos este día con Angers ...

Capital del desarrollo sostenible, es la puerta de entrada del Valle del Loira, incluido en el patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO. Gozando de un marco de vida excepcional, Angers Loira metrópoli sorprende por la riqueza de su patrimonio y su calidad de vida. Castillos con encanto, rica gastronomía, viñedos de renombre con sus 30 denominaciones de origen controlada... es uno de los más bellos tesoros de la cultura francesa. Los monumentos más emblemáticos de la ciudad son El castillo fortaleza y la tapicería del Apocalipsis.


Entre plazas, calles peatonales, y su gastronomía (mención aparte a sus vinos) Angers, antigua capital de Anjou, transporta al visitante a otra época gracias a su imponente castillo medieval del siglo XIII.

El Castillo de Angers. Es la joya de la corona de la ciudad. Además, desde una de sus diecisiete torres, las vistas del río Maine, uno de los más cortos del país, son espectaculares. El interior de este castillo esconde un agradable jardín, un pequeño huerto, un vergel y el famoso tapiz medieval del Apocalipsis cuyas dimensiones nos dejarán con la boca abierta.

Angers también se puede visitar con un tren que recorre los lugares más emblemáticos de la ciudad a uno y otro lado del río Maine. La catedral de Saint Maurice, que cuenta con un hermoso conjunto de vidrieras, o la Casa de Adán, en la plaza de la Sainte-Croix, son algunos de los lugares más emblemáticos que se pueden ver con este cómodo transporte.


Los vinos de esta zona son de renombre. En la ciudad, ubicada en el límite de los viñedos de Anjou y Saumur, se encuentran 28 vinos diferentes que se producen en la Maison du Vin de l’Anjou, justo al otro lado del castillo medieval.

Continuamos hacia el Valle del Loira ...

Visitamos (exteriormente) los Castillos de Saumur. Castillos de Saumur, ya desde la lejanía podemos decir que el Castillo de Saumur parece un castillo de cuento de hadas. Edificado en el siglo XI y reconstruido a finales del siglo XII en estilo gótico, ha tenido varias funciones a lo largo de su historia, desde fortaleza, palacio o cárcel a almacén de armas. A destacar son las impresionantes vistas panorámicas de Saumur y del Valle del Loira que se tienen desde el castillo.


Una ruta por los palacios que enamoraron a los reyes franceses del siglo XVI y que hoy seducen por sus senderos junto al río y a sus jardines. La Región Centro – Valle del Loira, en el corazón de Francia, fascina por sus pueblos y sus ciudades y por el río Loira y por su entorno, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Desde siempre el Valle de Loira ha sido escenario de grandes eventos históricos y culturales, que tenían como protagonistas personajes muy importantes como Leonardo da Vinci, Juana de Arco, Balzac y Calder.

Dormimos en Tours en el Valle del Loira ...

Tours es, sobre todo, una de las etapas fundamentales en cualquier recorrido por el tramo del Valle del Loira que está declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Una ciudad a orillas del río que fue capital de Francia durante un siglo y en donde se demuestra que los atractivos de la zona no son únicamente sus castillos. A mi me encantó ese centro histórico. La mejor forma de comprobarlo es recorriendo la parte central de Tours. En ese paseo se descubren no sólo monumentos medievales y callejuelas que parecen sacadas de un decorado de película histórica sino también una ciudad moderna y muy viva.


El verdadero corazón de Tours es el Centro Histórico. Es un conjunto de calles estrechas alrededor de la plaza de Plumereau, todas flanqueadas por casas de paredes de entramado de madera, con tejados inclinados y con muchos detalles de madera esculpidos en las fachadas. Este centro histórico tan hermoso y por el que es tan agradable pasear, y en donde hay tiendas y bares de todo tipo, estuvo a punto de desaparecer por un proyecto de rehabilitación urbanística unos años después de la II Guerra Mundial. Pero afortunadamente llegó una ley inspirada por André Malraux que propició su conservación y restauración, y hoy luce mejor que nunca. En cuanto hace buen tiempo la plaza Plumereau se llena de mesas y aquí reina un ambiente en el que se nota que se disfruta de la vida. Al caminar por los alrededores se descubren pasadizos, torres con escaleras exteriores, patios escondidos…

Seguimos por el Valle del Loira ...

Continuaremos con nuestra ruta por los Castillos, el primero en visitar será el de Chenonceaux, a modo de puente sobre el río, es uno de los más bonitos del Valle del Loira. El Castillo de Chenonceau es otro de los castillos más famosos que ver en el Valle del Loira y uno de los castillos más impresionantes del mundo. Además, junto con Chambord, son los dos castillos más visitados del Valle del Loira y una de las visitas que no puedes perderte.


Conocido como el “castillo de las damas” por los cambios y el embellecimiento a cargo de diferentes mujeres, este castillo del siglo XVI, con una sencilla fachada y unos bonitos jardines, destaca por la gran galería que atraviesa el río Cher, de la que no podemos perdernos su visita.

Que sea el Castillo más visitado no sólo del Valle del Loira sino junto a Versalles de toda Francia es carta ganadora. Chenonceau es la elegancia convertida en un Château fabuloso contando con unas condiciones realmente únicas. Como por ejemplo que en sí mismo sea un puente que cruce el Río Cher o que se le conozca como el castillo de las Damas porque sus verdaderas protagonistas fueron mujeres, con Catalina de Médicis y Diana de Poitiers a la cabeza, amén de otras reinas europeas.

Dormimos en Blois ...

Continuación hacia el Castillo de Blois, situado en el corazón de la ciudad sobre un promontorio al borde del río Loira. Blois: Una ciudad integrada en su castillo y al revés. La ciudad de Blois es uno de los puntos por los que hay que pasar indiscutiblemente en una ruta en el Valle del Loira. Allá donde Juana de Arco reuniera a sus tropas en la Batalla de Orleans contra los ingleses, no sólo hay un castillo renacentista y cuyos colores se ven asomarse desde las ventanas, sino también una urbe a pequeña escala que nos pareció interesante conocer.


La ciudad histórico-artística de Blois, emplazada a orillas del Loira, seduce inmediatamente a los visitantes. El castillo real, las casas de la ciudad vieja y los monumentos religiosos de Blois forman un conjunto armonioso.

Blois tiene un antiguo origen. Aparece mencionada por primera vez en el siglo VI por Gregorio de Tours, pero no adquirió importancia hasta el siglo IX cuando se convirtió en sede del condado de Blois. En 1196 el Conde Luis, dio privilegios a los habitantes de la ciudad, fundando una población que sobrevivió sin grandes variaciones a lo largo de la Edad media.

Carlos de Valois, duque de Orleans, hizo de Blois su residencia tras su liberación del cautiverio que le impusieron los ingleses. En el palacio nació, en 1462, el hijo que llegaría a ser rey de Francia, con el nombre de Luis XII.

Durante la Segunda guerra mundial Blois fue ocupado por el ejército alemán el 18 de junio de 1940. La ciudad fue liberada por el ejército de Estados Unidos en las dos últimas semanas de agosto de 1944. En ambas ocasiones Blois hubo de resistir varios días de duros bombardeos de los que aún hay huellas en la ciudad.


El castillo de Blois, antigua residencia de los reyes de Francia, es un edificio majestuoso que destaca por reunir varios estilos arquitectónicos: gótico, gótico flamígero, renacentista italiano y clásico. En el exterior, la plaza del Castillo es un lugar muy agradable para beber algo en algunas de las terrazas de los cafés. A la salida de esta plaza, junto a la entrada del castillo, se ofrecen recorridos en calesa por la ciudad vieja.

La visita de Blois prosigue por las callejuelas pintorescas empinadas del centro histórico, llenas de encanto y por las que da gusto pasear. También destacan los bellos jardines que se encuentran junto a la catedral de Saint-Louis. Desde la enorme explanada del Ayuntamiento, se puede contemplar una magnífica vista de los jardines del Obispado, de los tejados de pizarra de la ciudad vieja y del río real.

Tan tan ... conclusión

El viaje a Francia, después de visitar algunas de sus ciudades, y tratar con su gente, nos marcará por siempre. No hay nada como visitar los lugares turísticos de Francia para lograr una escapada perfecta, ya que sin una buena planificación será complicado visitar tantos puntos de interés como tiene este país. Tan sólo en su capital, en París, fue posible visitar numerosos monumentos, museos y parques que nos  maravillaron. Ahora bien, esto fue tocando el noroeste del país, Francia es enorme, nos espera en otras visitas, en el Sur y Sureste (Bordeaux, Toulouse, St Emilion, Carcassone y Lyon), en el centro y Noreste (Bourgogne, Champagne y Alsace) ... nada más es que hay que volver.

 

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